Loris Malaguzzi
Loris Malaguzzi: Maestro, pedagogo, periodista y
psicólogo italiano, fundador del proyecto pedagógico llevado a cabo en la
ciudad italiana de Reggio Emilia y autor de "Zerosei" (1976),
"Los cien lenguajes del niño" (1995) y "La Educación Infantil en
Reggio Emilia" (1995).
“Los niños tienen
100 maneras de expresarse, pero les robamos 99”
“El niño está hecho de
cien. El niño tiene cien lenguas, cien manos, cien pensamientos, cien maneras
de pensar, de jugar y de hablar, cien siempre cien, maneras de escuchar de
sorprenderse de amar, cien alegrías, para cantar y entender. (...) Le dicen:
que el juego y el trabajo, la realidad y la fantasía, la ciencia y la
imaginación, el cielo y la tierra, la razón y el sueño son cosas que no van
juntas y le dicen que el cien no existe. El niño dice: "en cambio el cien
existe".”
“Dibujar, pintar,
etc., son experiencias y exploraciones de la vida, del sentido y del
significado: son expresiones de urgencias, deseos, confirmaciones, búsquedas,
hipótesis, adecuaciones, constructividad, invenciones: son una lógica de
intercambios, solidaridad, comunicación consigo mismo, con las cosas, con los
demás y de juicio e inteligencia en relación con los sucesos que acontecen.”
“Los niños descubren (con nosotros) la complicidad con
las acciones, los lenguajes, los pensamientos, los significados; que es
fundamental preservar en los niños (y en nosotros) los sentimientos de asombro:
la creatividad, como el conocimiento, es hija del asombro; que también la
creatividad es un arte y una creación combinada (unas veces inmediata y
espontánea, otras aislada, subordinada) que tienen motivaciones, formas,
procedimientos, contenidos (formales e informales) y capacidades comunicativas,
previsibilidad e imprevisibilidad, que proceden del juego, del ejercicio, del
estudio, del aprendizaje visual, de la subjetividad interpretativa de las
emociones, de las instituciones o de la imaginación racional y de sus posibles
transformaciones y transgresiones Todo ello favorecido, tolerado o impedido por
las tendencias y las políticas culturales.”
Reggio
Emilia es una filosofía
que enfatiza la individualidad del niño, laimportancia de su
entorno, la participación conjunta de padres y maestros en
su educación y el desarrollo de su creatividad. Se ha comprobado
que los niños tienen diferentes maneras de aprender, y Loris Malaguzzi en sus
escuelas reggianas creó un nuevo método de enseñanza que se acomoda a la manera
en que el niño aprende.
Se apoya especialmente en 12 principios fundamentales a
partir de los cuales se rige el proceso de enseñanza-aprendizaje:
1. La importancia de las relaciones humanas. El punto está en que el sentido social (en términos
de comunidad y cooperación) se fortalece en la escuela al asumirse roles
diferentes por los cuales niños y adultos se complementan, en lugar de mantener
la verticalidad tradicional de las escuelas comunes.
2. La teoría de los 100 lenguajes de los niños. Los adultos
reconocemos inmediatamente el lenguaje verbal como medio de comunicación
principal. Quizá, algunos otros puedan pensar en el lenguaje gestual como medio
habitual. Pero... ¿de cuántas maneras puede expresarse un niño? ¿Somos los
adultos capaces de comprender o darnos cuenta de que existen muchas formas de
comunicación? Las escuelas Reggio Emilia reconocen, valoran y utilizan los
diversos códigos comunicativos y formas de pensamiento presentes en los niños
debido a su posibilidad de concebir una pluralidad de alternativas.
3. La práctica de la escucha. Se trata de vencer la relación tradicional vertical entre el niño y el
adulto para realmente detenerse a ESCUCHAR lo que dice el otro tanto mediante
palabras como por sus acciones, gestos, dibujos. Así, el adulto se convierte en alguien que quiere aprender de los
alumnos.
4. La valoración de la diversidad y de la complejidad. Aquí la frase ''cada persona es un mundo'' pasa
a la práctica porque se comprende que la concepción homogeneizadora de la
enseñanza no cabe en la realidad porque ella es heterogénea. Entonces, la
cercanía a un mundo real debe aceptar la diversidad y la complejidad de la
interacción de las diferencias. ¡En la variedad está la riqueza!
5. La participación de las familias y la sociedad. La labor educativa, como sabemos, no es
simplemente labor de los educadores formales ni acaba con los horarios de
clase. Los padres y madres de familia y demás miembros de la sociedad deben
participar y asumir un rol educativo que les corresponde. Es la unión de las partes
(educación del maestro + educación de los padres + educación de otros miembros
de la comunidad educativa) la que ofrece una educación buena e integral.
6. La escuela colaborativa y comunitaria. Una escuela no es un espacio cerrado, todo lo contrario. En Reggio
Emilia la escuela está abierta a la comunidad y colabora con ella. Todos
(profes, alumnos, padres, demás personal, vecinos, familias...) son parte de la
escuela, todos la conforman, por tanto todos colaboran con el desarrollo de la
vida escolar.
7. La formación de los educadores. Los educadores no son simplemente quienes llenan los jarros vacíos, sino
que son seres conscientes de su importante papel en el desarrollo humano de los
peques. Por eso no se habla simplemente de capacitación, sino de formación
continua, es decir, la adquisición de conocimientos y renovación profesional
constante.
8. El atelier y el atelierista. El arte es un aspecto ''fundamentalísimo'' en Reggio Emilia. No se trata
solo de una educación artística manual, sino de educar el sentido estético, la
creatividad, la investigación visual, la atención al arte, la creación propia,
y valorarlo como se merece. Por ello, sus aulas incluyen un taller de
arte donde encuentran miles de materiales con los que imaginar, crear,
explorar, manipular y hacer.
9. La documentación del desarrollo del niño. Lo común en los sistemas evaluativos actuales es el
registro de un número o letra que designa los aprobados y suspendidos sin ser
conscientes de la historia del niño. Y es que un niño con habilidades verbales
pero no matemáticas probablemente no tenga los mismos resultados en
términos cuantitativos, sin embargo, el progreso que haya desarrollado desde su
punto de inicio puede ser mucho más importante y significativo que el de otros.
Es decir, es probable que el niño aprendiera y se desarrollara más que otros
para quienes simplemente siempre les fue sencilla la materia. El fin de
Reggio Emilia es la comprensión del niño y no la traducción de lo cualitativo
en una nota.
10. El redescubrimiento de la creatividad. Bajo este enfoque, la creatividad es concebida
como un rasgo de cualquier persona, ya que no es una cuestión meramente
artística o inspiracional, sino una facultad desarrollable. Por ejemplo, al
resolver un problema matemático lo típico es que se aluda a una vía de solución
que al final todos tendrán en sus cuadernos. Sin embargo, incluso para las
ciencias exactas, existe más de una solución posible... y a la persona
a la que se le ocurrió esa manera diferente de resolver un problema lo llamamos
genio, pero lo que realmente ha hecho es manifestar su creatividad.
11. La calidad del espacio y el ambiente. No se trata solo de que la decoración del lugar permita al pequeño
sentirse cómodo, acogido y dispuesto al aprendizaje, sino de algo más:
amueblar, distribuir y utilizar elementos que faciliten el aprendizaje porque
son útiles para ello, como lo es la distribución en rincones.
12. La importancia de las experiencias y el respeto para el niño. En Reggio Emilia, gracias su trabajo por
proyectos, el niño puede aprender de sus propias experiencias partiendo de sus
necesidades, características e intereses.
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